En esta época de cuaresma, es interesante recordar una devoción que durante siglos estuvo muy presente en San Sebastián de los Reyes, y que enlaza directamente con la tradición del belenismo en nuestra ciudad. Se trata de la devoción al “Dulce Nombre de Jesús”, representado por la imagen de Jesús hecho Niño, que surge con el Concilio de la Iglesia Católica de Lyon en 1274, y que difundida sobre todo por la orden de los dominicos, no sabemos por qué, llega a San Sebastián de los Reyes a finales del siglo XVI. Así, aparece en los Libros Parroquiales de San Sebastián Mártir la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús y San Juan Bautista, desde 1599 hasta aproximadamente mediados del siglo XVI.
Esta Cofradía celebra misa y procesión los segundos domingos de mes, como indicara ya el Papa Pío V en la bula "Decet Romanum Pontificem" de 1571, con la Imagen del llamado “Santo Niño de Damasco”; y celebra igualmente la festividad de su segundo titular el día 29 de agosto, fiesta de la Degollación de San Juan Bautista. Esta última fiesta es celebrada con invenciones de fuego, encierros de toros y celebración de comedias de teatro, según la documentación conservada en el Archivo Histórico Nacional y en el Archivo Histórico Diocesano de Madrid.
La Cofradía desaparece en nuestro pueblo como tal a mediados del siglo XVI, pero no así la devoción al Niño Jesús, que aparece durante siglos en el lateral derecho del Altar Mayor de la Iglesia de San Sebastián Mártir, y que según fuentes orales, salía en procesión el Domingo de Resurrección con una cruz en la mano, como símbolo del triunfo de Jesús sobre la Pasión.
De esta devoción al Niño Jesús, y con la referencia siempre presente de San Francisco de Asís y su recreación del portal de Belén, surge sin duda alguna el interés por el belenismo en San Sebastián de los Reyes, concretándose en 1994 con la fundación de la Asociación de Belenistas de San Sebastián de los Reyes, contribuyendo así a la renovación de la devoción al “Dulce Nombre de Jesús”.